martes, 1 de mayo de 2012

Nintendo sucks.

Cuando era un niño aún demasiado pequeño, tuve mi primer acercamiento a los videojuegos a través de los arcades. Recuerdo que en una ocasión, cuando tenía tres años acompañe a uno de mis tíos por las tortillas. Mi tío era un adolescente muy aficionado a los videojuegos, así que de camino a la tortillería hicimos una escala en una farmacia de Ciudad Nezahualcóyotl donde tenían una máquina de arcade con un gabinete blanco. La máquina tenía en su interior una televisión blanco y negro, a la cual se le alcanzaba a ver la perilla del sintonizador de canales. En esa maquina de arcade se encontraba ni más ni menos que el juego de Super Mario Bros. en el cuál mi tío me dejó jugar una vez y fui eliminado por el primer Goomba que aparece en el mundo 1-1.

Pasó el tiempo y cuando tuve siete años le compraron a uno de mis primos un Nintendo Entertainment System, con el juego de Super Mario Bros. y Duck Hunt. Mi primo nos prestó (a mi hermano y a mí) la consola por una semana, a partir de esa semana supe que sería videojugador por el resto de mi vida.

Mis padres trataron de comprar una NES, pero resultaban ser muy caras. Recuerdo que un domingo recorrimos varias tiendas de electrónicos para comparar precios de la consola. En algunos locales establecidos nos ofrecieron la "NASA" que al parecer era un clon bastante fiel del NES, pero su precio era también elevado. Si mi memoria no me falla, la NES costaba alrededor de $350,000 pesos, mientras que la NASA costaba $230,000 pesos. Como último recurso, acudimos al tianguis de electrónica que se colocaba en las calles de Meave y Aldaco de la Ciudad de México. En ese tianguis (mercado sobre ruedas) solían vender fayuca (mercancías de contrabando) y falsificaciones de productos. En la actualidad ese tianguis no existe, en su lugar se encuentra una plaza comercial donde la gran mayoría de las cosas que se venden son falsificaciones (ropa, calzado, autoestereos, calculadoras, televisores, cámaras, tarjetas de memoria), otro tanto son cosas reconstruidas (consolas y accesorios de videojuegos) y muchas más son robadas (teléfonos celulares, reproductores de música). En aquél tianguis mi padre compró un Famiclon por $100,000 pesos, con el juego de Super Mario Bros.

Mi hermano siempre ha sido una persona muy emprendedora. En noviembre de 1992 juntó el dinero de sus mesadas y compró la revista Club Nintendo año 1 número 12 (que en su portada tenía el juego de Death Valley Rally). La verdad aún desconozco cómo fue que tuvo la idea de comprar la revista, pero es algo que hasta la fecha (y de forma secreta) le agradezco mucho. En esa revista descubrimos que existía algo mejor que el NES (o en nuestro caso, Famiclon): el Super Nintendo.

Los Reyes Magos determinaron que mi hermano y yo habíamos sido unos buenos niños y el 5 de enero de 1993 decidieron regalarnos un Super Nintendo Entertainment System. Esa sería la última consola de videojuegos que nos regalarían, pues después vendría la crisis de 1994, cuyas consecuencias aún se sufren en el país. Desde siempre, los cartuchos de videojuegos han sido costosos. Dada esa circunstancia, mi hermano y yo solíamos jugar mucho con el Super Mario World y con el Street Fighter II que venían en el bundle que los Reyes Magos nos habían obsequiado.

Mis padres siempre han sido muy supersticiosos con respecto a la tecnología. Debido a que muchos conocidos les habían dicho que los videojuegos causaban descomposturas en las televisiones, mucho tiempo tuvimos que jugar con nuestros videojuegos en una televisión blanco y negro de la década de 1980. También les habían dicho que los juegos de los tianguis hacían que las consolas dejaran de funcionar. Así que para proteger la inversión que habían hecho los Reyes Magos, adoptaron la política de que sólo se utilizarían juegos originales en esa consola. Pero comprar sólo juegos originales estaba completamente fuera del alcance de nuestros bolsillos, así que la alternativa que tomamos fue la de rentar los videojuegos en VideoCentro (competencia de Blockbuster).

Así pasaron unos años. Posteriormente hizo su aparición triunfal en el mercado el Nintendo 64, el cual no pude tener. Luego apareció el Nintendo Gamecube, que tampoco tuve. Después, Nintendo revolucionó el mundo de los videojuegos con su Nintendo Wii... que tampoco tuve X_x. Fue hasta julio de 2011 que volví a tener una consola de Nintendo entre mis manos, un Nintendo DS. Mi modelo de Nintendo DS es el primero que apareció, también conocido como Phat (o Fat) e incluía una tarjeta multimedia para Slot 1 llamada R4DS (Revolution for DS). La persona que me vendió el Nintendo me dijo que con la tarjeta R4DS podría probar respaldos de juegos, emuladores, reproductores de música y video.

Al comprar ese Nintendo DS fingí un poco de demencia, ya que he aprendido (a la mala) que para negociar, en ocasiones no es conveniente mostrar demasiado entusiasmo ni conocimiento sobre las cosas. Es decir, es necesario conocer bastante bien lo que se compra, pero no es bueno hacerlo evidente, ya que en muchas ocasiones, las personas fijan el precio de las cosas no por lo que son, sino por lo que se puede hacer con ellas. Por ejemplo, he llegado a ver coples de cables HDMI que se cotizan en cerca de $80 pesos (6 USD aproximadamente) debido a que permiten unir dos cables HDMI y extender el rango de la conexión, a pesar de que el cople es un par de conectores hembra unidos en una carcasa de plástico. Volviendo al caso de mi Nintendo DS, yo sabía de antemano que la tarjeta R4DS era un dispositivo que permitía sacarle mucho provecho al sistema.

Mi hermana tiene desde el año 2009 un Nintendo DS Lite, el cual compró junto con una tarjeta M3 Real Perfect Bundle, que le permite además probar programas hechos para el GBA, ya que cuenta con una expansión para el Slot 2.

Pues bien, decidí probar mi Nintendo DS, para lo cual tuve que buscar el firmware de la tarjeta R4DS. En la página de Scenebeta tienen una gran colección de reseñas, recursos y aplicaciones para el Nintendo DS y la gran cantidad de flashcards que existen en el mercado. Hay una nota en dicha página donde analizan a los diferentes clones de la tarjeta R4DS, ya que al parecer es una tarjeta que ha sido discontinuada. De esa página descargué el firmware Wood R4 (la versión para R4DS originales) y de forma sorpresiva funcionó. Un detalle que noté en mi R4DS es que no era capaz de soportar memorias MicroSD de más de 2[GB].

Después de probar el Nintendo DS, lo dejé guardado un buen rato. El firmware Wood R4 se actualizó, y entre las novedades que incorpora la versión 1.44 se encuentra el soporte de expansión 3in1. Se referían a la tarjeta para Slot 2 complementaria de la flashcard EZFlash V. Dicha tarjeta funciona como una expansión para que prácticamente cualquier flashcard pueda soportar aplicaciones de GBA, expansión de memoria y vibración.

Decidí comprar la expansión 3in1. Al recibirla noté que era más pequeña que un cartucho de GBA, además de que tenía una muesca que evitaba que se pudiese introducir en el Slot 2 de mi Nintendo DS. En el Nintendo DS Lite de mi hermana se podía introducir sin problemas. Para solventar ese detalle decidí limar el cartucho y dejarlo completamente rectangular, es decir, sin muescas. Luego introduje la expansión al Slot 2 y la metí hasta el fondo con ayuda de un lápiz. Al terminar, noté que iba a ser imposible remover la expansión sin desmantelar mi Nintendo DS.

Después, decidí probar la expansión cargando un respaldo de mi juego de Dr. Mario & Puzzle League (un juego de GBA) y verifiqué que todo funcionó sin problemas. Bastó con copiar la rom a la MicroSD, introducir la MicroSD a la R4DS y seleccionar el juego desde el menú, sin necesidad de ningún programa. En algunas páginas hacen uso de un programa llamado GBAexploader, sin embargo con el firmware 1.44 Wood R4 no es necesario. Después de eso encontré en algunos artículos que la limitante de 2[GB] de mi R4DS era normal, además de que gracias a una guía pude comprobar que mi tarjeta R4DS es una de las originales (de entre agosto de 2007 y julio de 2008).

Ahora uso bastante mi Nintendo DS, sobretodo para jugar juegos de GBA. El GBA fue una consola que publicitó bastante el hecho de tener una potencia equiparable a la de un Super NES, y para demostrarlo (o más bien, para sacarle provecho) muchos juegos de Super NES fueron lanzados para dicha consola portátil. Anteriormente jugaba con algunas roms de GBA en el PSP, usando un emulador. Siempre me ha parecido absurdo tratar de disfrutar juegos de sistemas portátiles en dispositivos tales como PC o consolas de sobremesa, ya que en general los juegos se suelen ver bastante mal cuando son escalados a la resolución de la televisión o del monitor de PC. El detalle de jugar en el PSP con emuladores es que la batería suele durar muy poco (en mi caso, cerca de 4 horas), ya que se requiere elevar la frecuencia de reloj del PSP para que la emulación sea fluida.

Curiosamente, al jugar en el Nintendo DS usando juegos de GBA, la batería del Nintendo DS suele durar mucho (en mi caso, cerca de 12 horas), además de que los juegos se comportan bien, es decir, no sufren relentizaciones ni errores gráficos ni de sonido inducidos por una emulación poco acertada.

Sinceramente, me parece que el NDS es la mejor consola portátil para el retrogamming, desde el punto de vista práctico. El GBA tuvo entre su catálogo varios relanzamientos de juegos clásicos como Adventure Island (conocido en los barrios bajos como el juego de "Capulinita"), Double Dragon, varios Final Fantasy, varios Super Mario Bros, Doom, colecciones de juegos de NES y de Atari 2600. El NDS es compatible con todas esas compilaciones y relanzamientos, además de que gracias al homebrew se pueden jugar otros títulos como aquellos que emplean el motor SCUMM. Además, el NDS ha tenido su propia dotación de relanzamientos como Chrono Trigger o Final Fantasy III.

¡Feliz 2021! El retorno del debraye pandémico (Edición "Rompemuros").

Hola, ¿Cómo han estado? Espero que estén con bien, con buena salud y con muchas ganas de aburrirse una vez más con una ronda de debrayes. Es...